miércoles, 9 de noviembre de 2011

Antes de que cuente diez .

Noto el frío metal rozando mi sien peligrosamente .
Stefano Grossi tiene entre sus manos una pistola negra como el carbón , con la que apunta certero a mi cabeza , asesinando todos mis abrumados pensamientos .
Recorro con la mirada la habitación , e imagino la acción que sucederá en pocos minutos inevitablemente : Mi cuerpo tendido en el suelo , inmóvil y sin vida , asesinado por el vil poder del dinero .
- Te lo advertimos , debiste devolver tu cantidad acordada- dijo Marco Fiori con voz sombría y amenazante .
Los nervios comenzaban a apoderarse de mí y gotas de sudor frío brotaban de mi frente .
Me temblaban las piernas y el miedo recorría mis venas con rapidez . Aunque sabía que era culpable , no podía soportar la idea de morir . Todo acabará, antes de que cuente diez . No hay forma posible de escapar , todo ha terminado ya . Cierro los ojos con fuerza , y escucho atentamente el seco sonido del gatillo . Tres , dos , uno ,   ¡PUM!

No hay comentarios:

Publicar un comentario